Aprendizaje

Las manifestaciones de las dificultades de aprendizaje pueden ser muchas y muy variadas, tales como una baja motivación para estudiar, poca memorización, concentración limitada, incapacidad para resolver problemas dados, comportamiento social inadaptado e inquietud entre muchos otros posibles. Por norma general, suelen ser el resultado de determinados factores psicosociales modificables, como por ejemplo la falta de habilidades de estudios, déficit de estrategias, falta de oportunidades de práctica, problemas de ansiedad, dificultades familiares socioeconómicas, acontecimientos traumáticos y un largo etcétera.

Cuando a los factores pscicosociales se les une un tercer factor biológico de carácter más estable, las dificultades de aprendizaje adquieren un carácter cualitativa y cuantitativamente diferente, pudiendo categorizarse como trastornos de aprendizaje en base a las funciones neuropsicológicas afectadas. Las funciones neuropsicológicas que se ven comprometidas, perturban la capacidad del cerebro para la adquisición, la comprensión, la utilización, la acumulación y la recuperación de la información, tanto verbal como no verbal. Este tipo de problemas no está ligado al factor de inteligencia, sino a déficits concretos relacionados con el procesamiento de la información. Así por ejemplo, carencias en los procesos atencionales pueden afectar funciones específicas tales como el lenguaje, la memoria, las referencias en el tiempo y en el espacio, el cálculo, la coordinación, la motricidad, la comunicación y un largo etcétera. Por norma general, las funciones más afectadas suelen ser el lenguaje oral y escrito (receptivo y expresivo), la lectura, la escritura y las matemáticas.

Según el DSM-5, la característica principal de los trastornos de aprendizaje son las dificultades persistentes para aprender aptitudes académicas esenciales que surgen durante los escolares, sin estar relacionado con falta de oportunidades o instrucción. Clasifica dichas dificultades en un grupo denominado Trastorno Específico del Aprendizaje, dentro de una categoría más general denominada Trastornos del Neurodesarrollo. Los Trastornos Específicos del Aprendizaje se dividen en tres subcategorías (con dificultades en la lectura, con dificultades en la escrituras y con dificultad matemática) y tres niveles de gravedad (leve, moderado o grave). Esto no quiere decir que no haya otros trastornos que interfieran en el aprendizaje en general, como por ejemplo la discapacidad intelectual, el TDAH, los trastornos de comunicación, etc., sino que los recogidos en dicha categoría representan dificultades concretas en procesos específicos del aprendizaje.

En cualquier caso, hablemos de dificultades o de trastorno, son problemas que necesitan ser atendidos tan pronto como sean detectados los primeros signos. En esta dirección, la labor de los centros educativos se torna nuclear.